jueves, 31 de octubre de 2013

Que buena pinta tiene ese plato

Hoy es una noche en la que la gente festeja un hecho que el 90% de ellos no sabe en que consiste. Esta noche es la noche de Halloween, o la noche de las brujas, una fiesta con la única razón de ser de festejar la muerte y hacerle un culto al diablo. Lo más triste de todo es que les preguntas a aquellos que lo están celebrando y te cuentan que lo hacen por tradición, ya es una costumbre que se celebre el 31 de octubre el día de Halloween. Nosotros como cristianos debemos guardarnos de formar parte de estas cosas, porque es una fiesta en honor al príncipe de este mundo, Satanás.
Pero claro, todo cristiano te va a decir que el no festeja Halloween porque sabemos perfectamente lo que es, pero no siempre se da este caso. Para explicar mejor lo que quiero decir voy a poner un ejemplo que todos podemos entender y con el cual espero poder aclarar este asunto. Todos hemos sido niños y en un momento u otro nuestras madres nos han puesto por delante a la hora de la comida ese tipo de platos que no nos entra por la vista y no nos gustan, pero es la comida que toca y hay que comérsela, y en ocasiones las madres trituran la comida para que se la coman sin rechistar, además pueden ponerle adornos que la hacen más atractiva visualmente. Cuando le preguntas al niño al terminar la comida que le ha parecido, te dirá que le ha gustado, o que no ha estado mal, pero en verdad lo que la madre ha hecho ha sido enmascarar el plato original para conseguir que se lo coma el niño. Pero esta historia no dura siempre, parte de los niños crece y aprenden que lo que se están comiendo en forma de puré es el plato que no querían ver ni en pintura, unos dejan ya de tomárselo batido y otros prefieren seguir comiendo "engañados" aunque en el fondo saben lo que es en realidad. Algo así nos pasa hoy día, nosotros somos los niños, el mundo es la madre, y fiestas como Halloween, San Juan, San Valentín o la Navidad misma son ese plato. El mundo quiere tirar de nosotros hacia sus costumbres y se buscará mil y una estrategia para hacer que caigamos. Nos triturará la comida, nos la servirá en bandejas preciosas, la adornará con trocitos de huevo picado, o picatostes, o trocitos de jamón... nos pintará sus platos como auténticos manjares, pero en esencia, lo único que hay en el plato es pecado, ofrendas a dioses ajenos y todo tipo de actividades paganas, ingredientes que lo único que van a hacer es envenenarnos sin que nos demos cuenta, no hay más, por mucho que te lo intenten camuflar poniéndole cosas que parezcan bíblicas, el ingrediente principal es el mismo, y el resto son cortinas de humo que lo único que hacen es confundir. Ya lo dice el refrán, que aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Mucha gente, asiste a este tipo de fiestas, como decía al principio, por que ya es costumbre, para pasarse una noche de fiesta y disfrazarse. El asunto de los disfraces es como esos adornos y esas cortinas de humo que he citado antes, son una máscara, y nunca mejor dicho, de lo que es la fiesta en realidad, y con esa confusión hacen que gente que desconoce el auténtico origen se meta en la fiesta, "en la boca del lobo", y meterse en un lugar lleno de lobos es tener ganas de llevarte un buen mordisco que no sabes lo relevante que puede ser hasta más tarde.
Seamos maduros y crezcamos, y no nos dejemos engañar por un plato batido con muchos adornos, examinemos aquello que nos estamos comiendo a la luz de la Biblia, y no nos quedemos en la superficie fijándonos en toda la decoración del plato, vayamos más allá, y descubramos hasta el último ingrediente de este plato.

martes, 1 de octubre de 2013

Un joven como Timoteo

     La leal compañía y fiel colaboración de Timoteo, cuyo nombre significa “que adora a Dios”, fueron una ayuda constante y esencial en el trabajo misionero del apóstol Pablo. Desde el primer momento se estableció entre ellos una relación, de confianza y amistad, que nunca se rompió. Señal de esto las repetidas menciones a Timoteo en el libro de los Hechos (Hch 17:14-15; 18:5; 19:22; 20:4), las que de él hace el propio Pablo en ocho de sus doce cartas (Ro 16:21; 1 Co 4:17;  Flp 2:19; Col 1:1 y otros) y el hecho de que, además, le dirigiera dos epístolas en las que lo llama “verdadero hijo en la fe” (1 Ti 1:1) y “amado hijo” (2 Ti 1:2; 2:1).
     Cuando, en su segundo viaje misionero, el apóstol llegó a Listra, conoció a Timoteo, que vivía allí. Era un joven de dieciséis años de edad, “hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego” (Hch 16:1). Es decir, su madre, Eunice, era cristiana (2 Ti 1:5) de origen judío, y su padre, pagano.
     Pablo incorporó a Timoteo a aquel grupo misionero que muy pronto habría de llevar a Europa el primer anuncio del Evangelio. Más tarde, pasados algunos años, el joven discípulo recibiría el encargo de velar por la “sana doctrina” en Asia Menor, y de impedir posibles desviaciones hacia otras enseñanzas, falsas y destructivas.

Un ejemplo en el día a día. 1 Timoteo 4:12
     Para que pueda realizar de manera satisfactoria su labor en la iglesia, es necesario que el joven creyente mantenga un buen testimonio y sea ejemplar en su conducta diaria, dentro y fuera de la misma. Una actitud correcta le ayudará a ganarse el respeto de los miembros de la congregación, independientemente de la edad  que éstos tengan.
¿Cómo afectaba la edad de Timoteo a su ministerio?
     Pablo le indica a Timoteo que no dé ocasión para que desprecien su juventud. Ciertamente, en aquellos momentos Timoteo no era ya un adolescente, tenía alrededor de treinta años, pero en comparación con el apóstol, era un joven pastor. Necesitaba aliento para no permitir que su juventud estorbara su ministerio en Éfeso y demostrar que los dones de Dios para el ministerio son tan importantes o más que la experiencia misma, a la que se acogen los “veteranos” de la iglesia.
     Timoteo tenía que ser modelo para los creyentes en cuanto a conversación, conducta, amor, espiritualidad, fe y pureza de vida. Esto lo debía hacer constantemente, con perseverancia. Así se ganaría el respeto que necesitaba para predicar con autoridad el evangelio.
  
Un ejemplo de servicio. 1 Timoteo 4:13-15
     El ejemplo de Timoteo ante los creyentes debe extenderse al aspecto del servicio cristiano. Pablo dice que debe usar su tiempo en tres cosas, mientras él llega a Éfeso: en la lectura pública de la Escrituras, la exhortación de los creyentes y la enseñanza a los convertidos. Todo esto formaba parte de las reuniones primitivas de la Iglesia, como sucedía también con la sinagoga (Hechos 13:15).
¿Por qué es la enseñanza de la Palabra de Dios un elemento importante en el ministerio de la iglesia?
     Por causa de la falsa enseñanza en Éfeso, la misión de Timoteo exigía una concentración apasionada en la enseñanza bíblica para oponerse a la falsa.
     Ningún creyente ni iglesia puede permitirse el descuido de la sana enseñanza de la Palabra de Dios. Es en ella donde aprendemos el plan de salvación y la norma de Dios para una conducta santa. Cuando descuidamos la predicación y la enseñanza de la Palabra, podemos enredarnos más fácilmente en la falsa enseñanza y en lo mundano.
¿Cómo fue que Timoteo recibió un don por medio de la profecía?
     Además de lo anteriormente dicho, Timoteo debía usar bien sus dones de ministerio, tal como lo había indicado una manifestación profética en el momento de su ordenación. No debía descuidar su llamado a la predicación del Evangelio. Con el llamado había recibido ciertas capacidades espirituales especiales. El Señor lo había llamado y preparado para el ministerio pastoral.
     El ministerio de Timoteo estaba intensificado por un don espiritual que debía seguir cultivando (v. 14). La imposición de manos por los ancianos probablemente sea similar a Hechos 13:1-3, donde la iglesia reconoció lo que el Espíritu  ya había hecho en Bernabé y Saulo. Timoteo había sido específicamente designado para la obra de Dios. A pesar de los obstáculos con que se enfrentó en Éfeso, a Timoteo se le recordó que Dios lo había llamado y los ancianos lo habían ordenado al ministerio (2 Timoteo 1:6).

Un Ejemplo de crecimiento espiritual 1 Timoteo 4: 16
     Finalmente, el joven pastor debía servir de modelo a su comunidad de crecimiento espiritual. Debía entregarse de lleno al serio estudio de las Escrituras. Debía cuidar en primer lugar su propia persona, y en segundo, su ministerio de enseñanza. Este es siempre el orden correcto.
     Todo joven necesita prestar una cuidadosa atención personal a su propio progreso espiritual; su salvación lo exige. Además de esto, si ora y estudia las Escrituras, y comunica con fidelidad la Palabra divina, también contribuirá grandemente a la salvación de quienes lo escuchen.
     Timoteo fue un joven ejemplar en todos los aspectos de su vida y de su ministerio. Cabe destacar, entre otras cosas, que nunca se desanimó ante las adversidades sino que permaneció fiel a su llamado, no desviándose en ningún momento de la sana doctrina.
     La Palabra de Dios nos instruye sobre la manera santa de vivir (2 Timoteo 3:16,17). Guardar la Palabra ayudará al joven a limpiar su camino y a no pecar contra Dios (Salmo 119:9-11).

     Joven, evalúa el tiempo diario que dedicas a leer la Biblia para ver si estás recibiendo el alimento espiritual que necesitas. Permite que el Espíritu Santo examine tu vida y te revele cualquier aspecto que no esté a la altura de la norma de santidad de Dios. Entonces esfuérzate por dar siempre un buen testimonio como hizo el joven Timoteo.

martes, 3 de septiembre de 2013

¿Qué moda sigues?

 Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman.Porque las costumbres de los pueblos son vanidad;....Jeremias 10:2-3a


¿Qué entendemos por "costumbre"?¿O por "camino de las naciones"? Quizás, para entenderlo un poco mejor hay que mirar otra versión más actual. En la versión "Dios habla hoy" adapta "camino de las naciones" como "ejemplo de las naciones" y las "costumbres de las naciones" como "religión de esos pueblos". Creo que con esa versión podemos entender mejor su significado. En nuestros días, esos términos los podemos asociar fácilmente a algo que vemos a diario, las MODAS. Sí, efectivamente, el ejemplo de las naciones no es otro que las modas que se siguen en esas naciones, y con modas no solo me refiero a las modas de ropa, que si este otoño se lleva el marrón estampado y el siguiente a rayas... No solo existen las modas de ropa, una moda también puede ser seguir a un club de fútbol que este cosechando muchos éxitos en el momento, o ir al nuevo bar que se ha hecho muy popular en tu barrio. Aquí Dios ya nos advierte de que no debemos seguir estas cosas, y más tarde, en el nuevo testamento nos da la razón del porque no hemos de seguirla.



No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.2 Corintios 4:18


No tenemos que fijarnos en la ropa de moda y en el bar más popular, porque ¿Acaso hemos visto alguno que una moda sea eterna? No creo que sigamos llevando la misma ropa o el mismo corte de pelo que llevaban nuestros padres con nuestra edad. Una cosa puede ser muy popular y parecernos muy buena pero como dice corintios, es algo temporal. No creo que debiéramos poner nuestros ojos en las cosas temporales, porque estaríamos cambiando constantemente, y al final no sabríamos ni quiénes somos porque siempre hemos andado siguiendo la moda o, refiriéndonos de nuevo al pasaje de Jeremías, el ejemplo de otros. Deberíamos de ser un poco audaces y ser capaces de hacer una buena inversión. En lugar de perder nuestro tiempo siguiendo las modas de este mundo, porque no le echamos un vistazo al mejor catálogo de modas eternas, en él podremos encontrar el mejor ejemplo a seguir de todos, si seguimos este catálogo creo que no tendremos que cambiar todos los años la ropa ni los sitios a los que vamos. Creo que ya sabes cuál es, la BIBLIA.
¿Y tú?¿Qué catálogo vas a seguir?

miércoles, 7 de agosto de 2013

Amigos de ...¿Quién?

Nos encontramos ante tres amigos: dos de ellos en un momento determinado se pelean porque discrepan respecto a un tema, y el tercero es buen amigo de los dos. Cuando terminan de discutir uno de ellos, le dice al tercero que si quiere estar con él, ha de dejar de ser amigo del otro. Esta ilustración nos sirve un poco para ver la decisión que tenemos que tomar, si seguir a Cristo o continuar en el mundo.

!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Santiago 4:4

Como vemos en este versículo, los dos amigos que están peleados son Dios y el mundo y nosotros somos ese tercer amigo. Nosotros en el momento de tomar la decisión vemos ambos bandos, Dios nos ofrece algo que sabemos que el mundo no nos puede dar, que es la salvación y la vida eterna, pero el mundo sabe pintarnos las cosas de una manera muy atractiva de manera que aparentemente parece que puede competir con Dios, nos ofrece diversión, felicidad y una vida llena de placeres. Si no tenemos nuestras creencias firmes y claras pueden surgir verdaderas dudas. Por lo que nosotros vemos en nuestro día a día, el que aparentemente es el mejor camino, puede ser el del mundo, un camino donde tenemos acceso a todo tipo de placeres, y quizás el camino de Dios lo vemos un poco más complicado, con más normas y reglas que cumplir, y más exigencias y menos placeres. Pero todo esto es lo que podemos ver a lo mejor desde fuera, desde dentro la realidad es muy diferente. Lo que nos pintaban y veíamos como diversión, felicidad y una vida llena de placeres, en realidad eran diversión momentánea, in-felicidad, y una vida llena de placeres insatisfactorios. Mientras que en el camino de Dios que nos podía parecer menos cómodo, vemos en el salmo 23 que aunque andemos en valle de sombra de muerte no temeremos mal alguno y que el Señor nos cuida siempre. Son dos caminos los cuales pueden engañar si solo nos fijamos en los que nos ofrecen de primeras, tenemos que aprender a mirar más allá de “nuestras narices” y ser capaces de ver los finales de ambos caminos, que son muy diferentes a la apariencia de estos.
Muchos ceden al camino del mundo pensando que es mejor y piensan que ya tendrán tiempo de preocuparse por la salvación, pero como he dicho anteriormente la realidad una vez comienzas y andas por uno de los caminos es muy diferente. No podemos cambiarnos de uno a otro conforme nos venga en gana, conforme vamos avanzando en el camino, estos se separan y llega un punto en el que es casi imposible cambiar. Si pensamos como se avanza seria a medida que nos involucramos en el mundo (avance en el mundo) y a medida que crecemos espiritualmente (avance en el Señor). Es más complicado ceder a las tentaciones del mundo si somos fuertes espiritualmente, hasta que llega el momento de que el mundo no nos afecta apenas y es ese punto en el que ya no hay posibilidad de cambio. Esto no quiere decir que no vayamos a ser tentados, seguiremos con eso, pero estaremos lo suficientemente preparados para superar todas las tentaciones con éxito. Por el otro lado, el del mundo, a medida que nos involucramos en él, perdemos la percepción del peligro que corremos de perder la salvación y nos refugiamos en la idea de que cuando queramos podemos corregir nuestro rumbo, pero lamentablemente no es tan fácil.
Como he dicho anteriormente en ambos caminos está ese punto de no retorno, y en ocasiones llegan con la muerte. Esto es algo que ninguno podemos predecir y por tanto deberíamos de adoptar medidas lo más pronto posible para estar preparados para ese momento.

Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
(Mateo 25:13)


Y TÚ, ¿DE QUIÉN ERES AMIGO?

domingo, 21 de julio de 2013

Desde joven

Todos hemos escuchado alguna vez ese dicho de que el árbol hay que enderezarlo desde chico, ¿no? En un árbol que crece de forma natural, su forma está condicionada a los agentes exteriores que le rodeen, por eso en la naturaleza nos podemos encontrar árboles de todo tipo; árboles perfectamente rectos, un poco curvos, con formas de los más particulares o directamente muchos de ellos tan torcidos que frente a duras condiciones del clima se acaban cayendo y pasan a ser meros troncos en el paisaje. No obstante los que por ejemplo son plantados en las ciudades de decoración, la mayoría de ellos tienen algún sistema para que el árbol crezca recto y así obtener la forma "perfecta". Pero si nos damos cuenta, estos sistemas se les colocan desde que sale el tallo de la tierra. La razón es simple, una vez crezcan y se deformen será muy complicado el corregirlos, incluso en muchos casos habrá que talar partes de los árboles para poder corregirlos.

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
(Eclesiastés 12:1)

Como bien podemos ver en este versículo de Eclesiastés, las personas somos algo parecidas a los árboles en el aspecto del cual hemos hablado anteriormente. En la primera parte (Acuérdate... juventud), se hace un llamamiento, especialmente a los jóvenes a entregar nuestra vida al Señor en nuestra juventud. En la segunda parte (antes de... contentamiento), vemos la razón del porque de esa entrega, porque al igual que los árboles, si no tomamos medidas desde temprano para crecer rectos, de mayores tendremos que acarrear con todas las curvas que tengamos en nuestro tronco producidas en la juventud. Cuando hacemos esa entrega al Señor, simbólicamente, entre otras cosas, es una especie de vacuna frente a muchas de las adversidades a las cuales nos tenemos que enfrentar. Concretando en el caso de los jóvenes, como dice Pablo a Timoteo:

 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de limpio corazón invocan al Señor
(II Timoteo 2:22)

Si vemos un poco el contexto y quien es Timoteo, vemos que fue un joven de Listra que acompaño a Pablo en uno de sus viajes misioneros y más tarde fue pastor de la iglesia de Éfeso. Pablo le tenía gran aprecio y por eso le escribió dos cartas mientras Timoteo era pastor, en ellas le alentaba y advertía acerca de las cosas a las que se tenía que enfrentar, como es el caso de los falsos maestros. En este versículo en concreto, le advierte que se aleje de las pasiones juveniles, que volviendo al ejemplo del árbol, son las causantes de todos los dobleces que se puedan tener producto de esa etapa en la vida. Muchos jóvenes se creen autosuficientes e independientes y que pueden pasar esta etapa de la vida ellos solos, piensan que ellos son los dueños de sus destinos, pero... ¿Qué pasa cuando llegan a adultos? Los que medianamente "lo hayan hecho bien" quizás no tengan que pasar muchos malos ratos después, pero sus consecuencias tendrán, habrá multitud de bendiciones que se habrán perdido y muchas que Dios les tendría preparadas pero que por su independencia no han tenido. Pero sabemos que no todos los jóvenes lo han hecho "tan bien", hay multitud de personas adultas que hoy en día se avergüenzan de mirar atrás en su vida, los que han pasado por circunstancias de alcohol, drogas, etc... de mayores, si consiguen rehabilitarse e intenten rehacer su vida, a lo mejor no pueden acceder a un puesto de trabajo porque de joven dijese de abandonar sus estudios pensando que se podía ganar la vida de otra manera o tengan en sus cuerpos marcas como tatuajes o pendientes que quizás de cara al público no sean tan "bonitos" como los veía la persona en el momento que se los hacía, o a lo mejor no se habla con sus padres porque haya roto esa relación por causa de la mala vida, o también hay un caso que a mí personalmente me llama mucho la atención, es el caso de los jóvenes que se tatúan los nombres de sus parejas, pero ¿y si en un futuro ya no están con ellos?, menuda faena. Podríamos establecer aquí un símil al igual que hicimos al principio con los árboles, este símil hace referencia a la tercera ley de Newton, que parafraseado sería algo así como que para cada acción hay una reacción. Aplicado a nuestro caso sería algo así como que para cada acción que hagamos y cada decisión que tomemos, luego tendremos que hacer frente a las consecuencias que pueden ser positivas o negativas para nosotros o para los demás.

Volviendo al versículo inicial, Eclesiastés 12:1, y aplicando todo lo que hemos dicho en las líneas anteriores podemos llegar a la conclusión de que para que nuestro árbol crezca recto tenemos que tomar una decisión en nuestra juventud cuyas consecuencias nos acompañaran el resto de nuestra vida y al llegar a una edad adulta nos permitan no avergonzarnos de esa decisión. Esa decisión es acordarnos de nuestro Creador y entregarle nuestra vida. Y de algo estoy seguro, las consecuencias de ese hecho jamás nos perjudicaran.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Mateo 6:9-13 "Padre Nuestro"

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria,por todos los siglos.

 Amén.