¿Puedes dar algún ejemplo de alguna injusticia?
¿Alguna vez te has dado cuenta de que estabas haciendo alguna
injusticia a otras personas? ¿Eres acaso siempre la victima?
¿Cómo has reaccionado ante situaciones de injusticia contra ti y
contra otros?
Hay quien piensa que la venganza es la única solución contra la
injusticia ¿Estás de acuerdo?
Desde tu perspectiva, ¿qué tiene que ver Dios con la injusticia en
el mundo?
Podríamos resumirlo todo diciendo que el mundo está lleno de
injusticias. Pero quiero mencionar otra injusticia mayor y que, a pesar de
esto, tiene un significado tremendo. Lea
"El silencio largo"
EL SILENCIO LARGO (A.T.L. Armstrong)
<<Al final del tiempo,
billones de personas estaban esparcidas en un valle grande ante el trono de Dios.
La mayoría se retiraban de la luz brillante que estaba ante ellos. Pero algunos
grupos que estaban delante hablaban apasionadamente, no con vergüenza sino con
beligerancia.
"¿Cómo puede Dios
juzgarnos a nosotros? ¿Cómo puede saber Él algo del sufrimiento?" dijo una
joven morena muy bruscamente. Se arremangó la manga para mostrar el número
tatuado en un campo de concentración nazi. "Nosotros sufrimos el terror,
golpes, torturas, muerte..."
En otro grupo un negro se bajó
el cuello de la camisa. "¿Qué es esto?" demandó mostrando una fea
quemadura hecho por una cuerda. "Ahorcado por ser negro. Nos hemos
asfixiado en buques de esclavos, hemos sido separados de nuestros seres
queridos, trabajando hasta que la muerte nos dio alivio." En otro grupo
una joven miraba fijamente con sus ojos oscos. En su frente había el sello
"ilegítima", "El sufrir mi marca", murmuró, "era más
allá de..." y su voz se fue apagando hasta que se perdió entre las otras.
A través del valle había centenares de grupos como éstos. Cada uno tenía una
queja contra Dios por el mal y el sufrimiento que había en el mundo. ¡Qué
suerte tenía Dios!, vivir en el cielo donde todo es dulzura y luz, donde no había
llanto, ni miedo, ni hambre, ni odio. De verdad, ¿qué sabía Dios de lo que el
hombre había sufrido en este mundo? “Después de todo tiene una vida bastante
protegida”, dijeron. Así cada uno de estos grupos envió un líder, escogido
entre los que habían sufrido más.
Había un judío, un
negro, un intocable de la India, un artrítico horriblemente deformado, una
víctima de Hiroshima y alguien de un campo de concentración de Siberia. En el
centro del valle, se consultaron los unos a los otros. Al fin estaban listos
para presentar su caso, sería bastante sencillo. Antes de que Dios fuera
calificado para ser su juez tendría que sufrir lo que ellos habían sufrido.
Su decisión era que
Dios debía ser sentenciado a vivir en la Tierra como un hombre. Pero como era
Dios, pusieron algunos guardianes para asegurar que no pudiera utilizar sus
poderes divinos para ayudarse.
Déjale nacer judío.
Deja que la legitimidad de su nacimiento quede en duda para que nadie sepa quién
es verdaderamente su padre. Déjale ser traicionado por sus amigos más íntimos,
déjale ser procesado por acusaciones falsas, juzgado ante un jurado lleno de
prejuicios y condenado por un juez cobarde. Al fin, déjale ver lo que es
sentirse realmente sólo, abandonado por cualquier cosa viviente. Déjale ser
torturado y luego morir. Déjale morir públicamente, horriblemente para que no
pueda haber ninguna de que murió. Deja que sea una multitud de testigos los que
lo puedan verificar.
Mientras cada líder anunciaba
su parte de la sentencia, murmullos ruidosos de aprobación salían de la masa de
gente congregada. Cuando el último había terminado de pronunciar su sentencia,
hubo un silencio largo; los que habían pronunciado su juicio contra Dios se
marcharon en silencio. Nadie dijo ninguna palabra. Nadie se movió porque
repentinamente todos supieron que Dios ya había cumplido su sentencia>>
Jesús sufrió
exactamente de esa manera. Ésta es la injusticia más grande que el mundo jamás
haya conocido. Él no era culpable en ningún sentido, vivió una vida perfecta.
Nosotros somos los culpables ¿Quién va a negarlo? Hemos hablado de la
injusticia y de nuestra tendencia de echar siempre la culpa a otra persona. Si
somos sinceros nos damos cuenta de que nosotros participamos en injusticias
cada día. Hacemos lo que queremos y lo que nos conviene en un momento dado y
esto es injusto. Jesús no era así. Él se puso al lado de los que estaban
sufriendo y les ayudó. Él sufrió el rechazo que vino a consecuencia de su
asociación con ellos. En su muerte sufrió el que sus opresores merecían. Sufrió
el castigo que nosotros merecemos.
El problema de la
injusticia todavía existe hoy, pero si vamos a ser parte de la solución,
primero tenemos que reconocer nuestra participación en la injusticia y nuestra
necesidad de ser salvados de nuestro propio mal. Podemos aceptar la solución de
Jesús porque Él se sacrificó por nosotros. Si aceptamos su sacrificio por
nosotros, Él nos limpia de nuestro egoísmo y nos da poder para luchar contra
las fuerzas de injusticia. Este trozo de la Biblia lo resume: “18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad
muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; (I Pedro 3:18) ¿Cómo vas a responder?
¿Seguirás con tu propia injusticia y un día recibirás el castigo que mereces?
¿O aceptas la solución de Jesús y con su ayuda lucharás contra estas situaciones
de injusticia en el mundo?
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